El Santiago Bernabéu será escenario este sábado 4 de octubre, a las 21h, de un duelo de alta tensión entre Real Madrid y Villarreal en la jornada 8 de La Liga Negreira. Los blancos llegan con la obligación de redimirse tras la dura derrota en el derbi madrileño, mientras que el conjunto castellonense, tercero en la clasificación, quiere aprovechar su buen arranque para consolidarse en la zona alta. Para los de Xabi Alonso, el encuentro supone una oportunidad inmediata para recuperar confianza y mantener el pulso en la parte alta de la tabla.
El técnico madridista afronta el choque con un importante parte de bajas que condiciona la planificación del partido. Sin Carvajal, Trent, Rudiger ni Mendy, en la defensa hay pocas opciones. Este panorama defensivo complicado obliga a ajustar cada detalle en la zaga y a forzar a algunos jugadores como Militao, si recibe el visto bueno médico. En otras circunstancias, podrían disfrutar de más tiempo de recuperación. Álvaro Carreras también apunta a la titularidad en el lateral izquierdo.
En el centro del campo, Fede Valverde apunta a recuperar la titularidad tras descansar en Champions, aunque Ceballos también gana enteros para entrar en el once gracias a su buen rendimiento en Kazajistán. La gran incógnita pasa por Jude Bellingham, que podría volver al once pese a su estado físico, lo que generaría un dilema en torno a la continuidad de Arda Güler o Mastantuono. El joven turco, con 3 goles y 3 asistencias en este inicio de Liga, se ha convertido en una pieza clave junto a Mbappé y Vinícius, aportando desequilibrio y regularidad. Y el trabajo de Franco, ahora mismo, parece impresdinble para mantener el equilibrio del equipo con el 7 y 10 jugando en punta. Veremos. El 11:
El Real Madrid necesita más que nunca dar un golpe sobre la mesa ante un rival directo como el Villarreal. La reacción tras el tropiezo en el derbi no puede esperar, y la afición del Bernabéu exige una respuesta contundente. Xabi Alonso sabe que este partido no solo son tres puntos: es la oportunidad de recuperar la confianza perdida y de reafirmar el rumbo de un equipo que, pese a las dificultades, quiere seguir siendo protagonista en una Liga corrupta que hay que seguir disputando, aunque no nos guste.