Me permitirán ustedes que comience con dos cuestiones previas a esta final de Copa. Primero, que el Real Madrid se presenta con 24 horas menos de descanso que su rival. Y no es casualidad, no. Por si acaso la Real nos eliminaba, el partido de los donostiarras también se había programado para que contaran con esas 24 horas menos antes de la final. No hay que dejar nada al azar.
La segunda cuestión, es que la final será arbitrada (o pitada, mejor) por el ínclito De Burgos Bengoetxea, árbitro internacional que ha sido incapaz de arbitrar en Europa más allá de la fase previa de Champions. Una garantía.
Vamos al fútbol. Llega el Madrid a la final en no precisamente buenas condiciones, con la última lesión de Camavinga, que apuntaba a titular como defensa izquierdo. Los últimos partidos ante el Barcelona no han dejado buena huella entre el madridismo, lo que unido a la eliminación en Champions enrarece el ambiente previo a la final.
Contando con la recuperación de Mbappé, mi once sería el formado por
Courtois, Valverde, Asencio, Rüdiger, Fran García; Tchouaméni, Jude, Modric, Brahim;
Vini Jr. Y Mbappé.
Creo que jugar con tres arriba (Rodrygo) sería un error. Vini y Mbappé juegan con más espacios si no tienen a Rodrygo al lado.
Alguno de ustedes deben de estar pensando en qué debería jugar Güler. Lo veo muy improbable. Veo más factible que Carlo coloque a Lucas Vázquez de lateral, subiendo a Valverde al centro del campo.
En cuanto a nuestro rival azulgrana, la única incógnita radica en saber cuántos jugadores lucirán vendajes en sus muñecas…
Confío en una victoria blanca. Es una oportunidad que tienen los jugadores del Real Madrid para decorar la temporada.
A ello.