El Real Madrid recibe este domingo al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, en un duelo correspondiente a la jornada 34 de LaLiga que puede marcar el tramo final de la temporada. Tras una dura eliminación en Champions y la reciente caída en la final de Copa del Rey, los blancos afrontan este choque con la obligación de ganar para mantenerse vivos en la lucha por el título y evitar cerrar el curso en blanco. El conjunto gallego, séptimo en la clasificación, llega motivado tras golear al Villarreal y con aspiraciones de meterse en puestos europeos.
Carlo Ancelotti se enfrenta a un auténtico rompecabezas para confeccionar el once, con una defensa plagada de ausencias. Rüdiger, operado y sancionado, se une a las bajas ya conocidas de Alaba, Militão, Mendy, Camavinga y Carvajal, todos descartados para lo que resta de temporada. Las dudas sobre el estado físico de Vinícius y Mbappé tampoco ayudan en la planificación. Con esta situación, el técnico italiano tendrá que recurrir a soluciones de emergencia, probablemente con Tchouaméni y Asensio como pareja de centrales y Fran García en el lateral izquierdo. El 11:
El centro del campo también presenta alternativas forzadas. Modrić y Ceballos se disputan un lugar en la medular, mientras que Valverde podría retroceder a la defensa para cubrir el flanco derecho, abriendo la puerta a Güler en el once inicial. En ataque, se espera a Jude Bellingham acompañado por dos de los tres delanteros disponibles: Vinícius, Rodrygo o Mbappé, aunque no se descarta que Ancelotti apueste de nuevo por su tridente habitual, si las condiciones físicas lo permiten.
Con un calendario ya sin margen de error, el Real Madrid debe centrarse por completo en LaLiga. El duelo ante el Celta representa algo más que tres puntos: es una oportunidad para recuperar sensaciones, demostrar carácter y volver a ilusionar a su afición en un momento delicado de la temporada. El título sigue en juego, y los blancos están obligados a reaccionar.